martes, 4 de diciembre de 2012

Fantasía

Me gusta la fantasía. Me gusta que la Luna, el Árbol, los Animales y el Cielo hablen en mis relatos. Me gusta que el Árbol le diga al Puma que la tormenta se avecina fuerte a su paso; que el Puma corra, atraviese el bosque, y le diga al Guerrero de la lanza que hoy no se enfrentarán, que mejor proteja a su familia de la tormenta que se avecina fuerte a su paso; el Guerrero agradece al Puma y corre a proteger a su familia. El Puma muere esa tarde en el bosque, no por una lanza, sino por el metal escupido por el fuego de la pólvora encendida por por el arma de un soldado... por la mano de un hombre. Esa tarde, el Puma quería protegerse de la tormenta fuerte en su paso que ya tenía encima, no del guerrero con lanza y piel morena, no del metal escupido. La mañana siguiente encontró al Guerrero, al Puma y al Bosque; se miraban entre sí con ojos cerrados; el Guerrero pensó que el Puma no tuvo oportunidad.
El Bosque, el Guerrero y el Puma, con los ojos cerrados, pensaron que se acercaba una nueva tomenta, muy diferente y difícil de enfrentar.



Javier Páez Muro

[Inspirado por "Los Días del Fuego", de Liliana Bodoc]